AVENTURA EN LA SELVA MISIONERA

Admin Mensajes : 200 Fecha de inscripción : 09/03/2011


	El fin de semana del 2 al 5 de Octubre X-Perience Tour viajó a uno de los lugares más impactantes de nuestro país; nos internamos dentro de la espesa selva misionera donde vivimos una intensa aventura. Como es usual en este destino, no fue una travesía sencilla. La espesa selva nos mostró una vez más lo difícil que es atravesarla y lo atractiva que es esta propuesta para los verdaderos amantes del 4x4. En esta nota te contaremos nuestras aventuras vividas en este viaje.
El pasado fin de semana de octubre viajamos junto a casi 50 personas de diferentes lugares del país y 14 camionetas a uno de los mejores y más atractivos destinos del año. Nos internamos dentro de la selva misionera por tres días entrando en pleno contacto con la naturaleza; un lugar donde los celulares no funcionan y solo nos rodea el verde del impenetrable paisaje. Los participantes comprobaron las prestaciones de sus vehículos 4x4 al máximo luchando contra el imperecedero barro que atrapaba los neumáticos y hacia imposible avanzar sin ayuda de terceros. Además, la densidad de la selva nos obligaba a pasar sacando la vegetación con machetes y cortando troncos caídos con la moto cierra. Todo esto combinado con excelentes y frondosos paisajes naturales a los cuales solo se puede acceder en una 4x4, y en ocasiones ni siquiera de esta forma podemos penetrar en este increíble lugar; definitivamente, una inolvidable aventura para todos aquellos que formamos parte de ella. Nuestra base de operaciones fue la “Aldea Yaboty”, un complejo de cabañas rusticas y muy pintorescas ubicada a 33km de “El Soberbio” y a 1200km de Buenos Aires. Una zona paradisíaca ya que se encuentra en plena selva y nos proporciona un lugar estratégico para acceder a los diferentes circuitos. Rumbo a la Aventura: El primer día el objetivo era atravesar la selva y llegar a almorzar a un claro ubicado en un estratégico lugar con una impresionante vista que solo lograríamos equiparar si sobrevoláramos en avioneta o helicóptero los “Saltos del Moconá”. Para llegar aquí, atravesamos viejos caminos de obraje maderero abandonados años atrás, cuyas sinuosas y caprichosas formas nos mostraron lo fácil que es perderse en tan “salvaje” terreno. Esto sumado al barro que siempre se encontraba a flor de piel y la espesa maleza, hizo de este recorrido un magnífico y adrenalínico día de off- road, en el cual nos divertimos mucho. La primera parada la realizamos en uno de los pocos claros que se encuentran en la selva; allí repusimos energías luego de atravesar duros vadeos de ríos y neurálgicos caminos de intenso barro. Ya con la panza llena y los corazones contentos, continuamos camino a la aventura… Vivimos experiencias muy intensas pasando con nuestras camionetas por lugares que seria imposible atravesar de cualquier otra forma; la selva se cerraba sobre nuestras cabezas y los caminos se ponían cada vez más extremos, pero nunca dejamos de divertirnos y el compañerismo y la buena onda eran protagonistas. Cuando por fin llegamos a nuestro destino, nos encontramos con un increíble paisaje natural con vista a los “Saltos del Moconá” y la organización sorprendió con un completo almuerzo improvisado en tan impactante lugar. Fue un día agotador pero definitivamente inolvidable para los que fueron parte del mismo. Para el segundo día teníamos preparado un almuerzo en un puesto de gendarmería ubicado sobre el “Río Uruguay”. De más está decir que para llegar aquí tuvimos que atravesar duros caminos selváticos; pero una vez que llegamos nos encontramos con otro extasiante lugar paradisíaco donde la inmensidad del “Río Uruguay” se mostraba en todo su esplendor. Como ya habíamos visto los “Saltos del Moconá” desde arriba, ahora nos tocaba vivirlos de cerca, así que nos embarcamos en lancha desde el puesto de gendarmería y salimos a disfrutar del paisaje y empaparnos del gran atractivo natural que nos rodeaba, pero esta vez, desde el agua. Al regresar de nuestro paseo en lancha, la organización se lució con un pintoresco almuerzo a todo dar que nos dejó listos para continuar con un día a puro off- road, el cual culminó con nuestras camionetas totalmente embarradas y una gran sonrisa en nuestros rostros debido al buen rato que pasamos todos juntos. En el último día, para finalizar esta travesía, algunos de los participantes decidieron irse por su cuenta a visitar las famosas “Cataratas del Iguazú”, mientras otros optaron por acompañarnos y alargar este bello viaje yendo a visitar unas maravillosas y muy antiguas ruinas jesuíticas ubicadas a 900km de Buenos Aires. Allí compartimos nuestro último almuerzo juntos y emprendimos el viaje de regreso a casa, y aunque volvamos a la ciudad siempre llevaremos con nosotros un pedazo de tal salvaje paraíso natural dotado de hermosura en el cual nos divertimos mucho e hicimos muchísimos amigos a los que esperamos volver a ver muy pronto en nuestras próximas aventuras. FUENTE: WWW.4X4-ONLINE.COM

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